El pasado domingo 25 de febrero, tuvo lugar en nuestras parroquias la Entrega del Credo, como paso importante para que estos niños y niñas reciban, en su día, la Primera Comunión.
Es un hito de gran interés en el itinerario catequético de los niños. Un signo que refleja que los niños han podido realizar a lo largo de esta preparación catequética una primera síntesis de fe. Se han acercado al misterio trinitario, naturaleza íntima de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y han comprendido su pertenencia a una comunidad eclesial que todos los domingos y solemnidades reza el Credo como símbolo de esa fe, aquello que nos identifica y distingue. Han entendido además que, esas verdades de fe, han de ser llevadas a la vida en un seguimiento real y vivencial de la persona de Cristo.
En la solapa de cada uno de ellos se podía leer la frase “Yo creo”, puesto que creer es confiar en que la otra persona ayuda siempre. Los niños confían en Dios y en la Iglesia; confían en sus familias y en sus amigos. Dios también “cree” en vosotros… ¡No lo olvidéis!
Les felicitamos a ellos, a sus familias y a los catequistas, que les preparan semana a semana.
También hicimos lo propio en la Parroquia San José Obrero. También allí los niños con sus familias recibieron la síntesis de la fe.
Y es que, con ocasión del III Domingo de Cuaresma, estuvimos contemplando que para asistir a un gran acontecimiento «hay que meterse dentro». Es lo que Jesús hizo en el monte Tabor: les anticipa su gloria, pero para que se metan de lleno en el misterio de la Pascua.
Es como un niño que no sabe lo que es el circo. Piensa que el desfile inaugural es el acontecimiento que lo llena todo. Pero la función no ha empezado, hay que meterse y disfrutar de la trama que hay dentro.
La Cuaresma es tiempo de subir a la montaña, pero también de profundizar.
¡Gracias a tod@s! ¡Caminamos juntos!