El pasado viernes, 15 de diciembre, en el pleno del ayuntamiento presidido por la Sra. Alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala, daba el visto bueno para la nomenclatura de algunas calles nuevas de la ciudad en los barrios de expansión, como son la zona del S4 y el Barrio de Huelgas. También se acordó, a petición de los sacerdotes de la Parroquia San Cosme y San Damián, cambiar el nombre de la Calle San Cosme de la capital por Calle San Cosme y San Damián. Una deferencia que ya hemos agradecido. A partir del año 2025, la calle de nuestra parroquia pasará a denominarse Calle San Cosme y San Damián. Es verdad que todavía queda tiempo para adaptarnos a la nueva disposición, pero lo que sí podemos hacer ya es habituarnos y comunicárselo a nuestros vecinos.
«San Damián» siempre había sido el gran olvidado, porque incluso los residentes ya se habían acostumbrado a denominar la parroquia con el nombre del primer mártir, ¿y qué pasa con San Damián? Los hermanos gemelos Cosme y Damián se dedicaron a la medicina y murieron martirizados durante la persecución del emperador Diocleciano, sucedida en el siglo III de nuestra era. Junto con San Lucas, estos hermanos son considerados habitualmente como los santos patronos de los médicos y cirujanos.
Con esta condecoración se reconoce cómo estos santos han tenido mucho que ver en la idiosincrasia propia del barrio «chamarilero». Un reconocimiento que, en palabras del párroco Máximo Barbero, «nos llena de una alegría y de un gran gozo, porque significa no solo cambiar el nombre de una calle sino que también manifiesta el agradecimiento de una ciudad que en tiempos de pandemia se ha encomendado encarecidamente a estos santos». La parroquia seguirá estando muy presente en la vida de muchos burgaleses, adultos, jóvenes, niños… familias que cada día se acercan ante estos santos milagrosos y venerables.
Al igual que Madrid, Valencia o Sevilla, Burgos contará con una calle dedicada a los santos mártires. Tendremos que ir acostumbrándonos, para no abandonar a «San Damián» cuya etimología significa «domador, aquel que amansa». ¡Falta nos hace!
¡Gracias por esta distinción!