La Pandilla de Jesús sigue su camino. Tras los primeros encuentros seguimos sumando nuevos miembros a sus filas. ¡Gracias a tod@s!
En la sesión del pasado sábado hemos enseñado a los niños y niñas a identificar la emoción de la tristeza, favorecer la reflexión sobre las pequeñas cosas que nos hacen estar tristes. No es malo estar triste ni llorar; lo importante es preguntarnos por el porqué.
A través del cuento «El erizo que no sabía porque lloraba», representado con la técnica del Kamisibai, fueron descubriendo las emociones que sentía este animalito y cómo procuraba salir adelante.
También nos adentramos en un momento muy triste de la vida de Jesús: la muerte de su mejor amigo Lázaro.
Finalmente, escribimos momentos que nos hacen entristecernos en unas lágrimas grandes, que posteriormente quemamos. ¡Transformamos cada momento en alegría desde la persona de Jesús!
Ya tenemos grito de guerra: «¡La Pandilla es una MARAVILLA!»