«Peregrinación a Roma: la ciudad eterna»

Estamos de vuelta de nuestra Peregrinación a la Ciudad Eterna. Esta es una pequeña crónica de todo lo que han dado de sí estos días. Esperamos que os guste y sea una forma de pedir a Dios para que podamos sacar todo el fruto de lo vivido allí. ¡Gracias!
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¡Ya estamos en Roma! Hemos comenzado unos días intensos de peregrinación tras los pasos de los apóstoles Pedro y Pablo. Tras la bendición del peregrino en Burgos y despedir a las familias hemos cogido el avión. En el viaje iba amaneciendo aún más hasta encontrarnos con esta ciudad eterna. Hoy hemos visitado Plaza de San Pedro, una vista espectacular desde el Gianicolo, el Trastévere, el Campo di Fiori, la piazza Navona, el Panteón, la fontana de Trevi y la plaza de España. Un día intenso que hemos culminado juntos. ¡Ya damos nuestros primeros pasos con el italiana!
Hoy hemos aprendido a peregrinar, a cansarnos y a dar gracias por ello; a poder valorar siempre lo nuevo y lo antiguo. El buen ambiente reina.
Sin duda, otro día más pateando Roma . En esta ocasión disfrutando de una de las maravillas, el Coliseo, del que nos hemos podido dar cuenta de su grandeza e importancia. También hemos recorrido el Foro y el Palatino, pudiendo gozar de unas vistas espectaculares. Roma está llena de lugares preciosos: la columna de Trajano, el monumento a Vittorio Enmanuelle, el Circo Massimo.
Hoy en nuestro itinerario de peregrinación nos hemos acercado hasta la basílica de Santa María la Mayor. Es una de las cuatro basílicas papales de Roma que se encuentra en la cima de la colina Esquilina y es la única que ha conservado la primitiva estructura cristiana de los orígenes.
La leyenda cuenta que el rico patricio romano Giovanni y su esposa, al no tener hijos, decidieron dedicar una iglesia a la Virgen María. En el sueño, Nuestra Señora les informó que un milagro les indicaría el lugar donde construir la iglesia. El Papa Liberio también tuvo el mismo sueño y, al día siguiente, yendo al Esquilino, lo encontró cubierto de nieve.
Mucha lluvia hemos tenido durante este día. Pero, ¡ha merecido la pena! Cansados y satisfechos, seguimos caminando juntos.
En el día de hoy hemos escuchado las palabras de aliento del papa Francisco en el Ángelus… Nos ha animado a “hablar poco y a actuar con hechos concretos.»
Emocionante ha sido ver muy de cerca al Papa y escuchar en la plaza de San Pedro el saludo a los peregrinos de Burgos (España). La piel de gallina y el corazón de emoción.
Hoy en nuestro itinerario de peregrinación nos hemos acercado a San Juan de Letrán y posteriormente hasta los Primeros Cristianos, visitando en las Catacumbas de San Sebastián. Muchos, miles que murieron por defender su fe, con la sencillez de su vida. Testigos ocultos, muchos de ellos, de la grandeza de Dios.
También hemos recorrido las principales plazas de Roma: la plaza de la República, la plaza Venecia, la plaza del Popolo, pudiendo visitar un montón de basílicas con sus peculiaridades.
Además, estamos empapándonos de la cultura italiana (ya nos salen las primeras palabras), la pasta, la pizza, los helados…
¡Un grupo unido, feliz y muy vivo! Caminamos juntos.
¡Qué días tan bonitos estamos pasando! Tras el madrugón de hoy, un poco más cansados. Muy prontito ya estábamos en el Vaticano, celebrando la misa en la cripta, en una de las capillas. Nos tocaba contemplar a la Iglesia apostólica, la que se fundamenta en aquellos que fueron testigos de las palabras y obras de Jesús; entre ellos el apóstol San Pedro.
También nos hemos acercado a la basílica de San Pablo Extramuros, una de las más antiguas de Roma. Es la segunda basílica mayor de Roma. Según la tradición es el lugar donde San Pablo fue enterrado. Tiene un maravilloso entramado natural y es muy bella. En ella destacan los medallones de los Papas.
Por la tarde hemos visitado los museos vaticanos y la Capilla Sixtina, el lugar donde se celebra el cónclave que elige al Papa.
Y, como siempre, las cosas buenas pasan. Hoy ha sido nuestro último día en la Ciudad Eterna; lo hemos aprovechado mucho.
Hemos tenido la posibilidad de comprar nuestros pequeños recuerdos para nuestras familias y amigos. ¡Hasta hemos gastado bromas!
¡Satisfechos y agradecidos!
Concluimos una etapa más en nuestra vida: la peregrinación a Roma, tan esperada por todos. Durante unos días hemos tocado muy de cerca la Iglesia universal. Nos hemos sentido como una gran familia, inicio de algo emocionante y nuevo.
Ahora regresamos a nuestras casas para ser levadura en medio de la masa, siendo jóvenes valientes y siempre alegres.
Nos despedimos de Roma y nos separamos por un momento. ¡Volveremos a juntarnos! Porque los encuentros esperados y añorados no son fortuitos… son queridos.
¡Siempre en nuestros corazones! ¡Caminamos juntos!