«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.» Son las palabras de Jesús al apóstol Tomás.
El tiempo de Cuaresma es un tiempo privilegiado para mirar hacia dentro y tratar de reconocer esas cosas que nos alejan o nos acercan a Dios. Es lo que hemos trabajado en el último Life Teen juntos.
La Cuaresma tiene una duración de «cuarenta» días por el simbolismo religioso que tiene ese número, que representa el tiempo ideal de preparación para el encuentro con Dios: cuarenta días pasó Moisés en el Sinaí, cuarenta días anduvo Elías hasta llegar al monte Horeb… Ya en el Nuevo Testamento, Jesús pasó cuarenta días en el desierto.
Hemos trabajado esa virtud del desprendimiento, para poder irradiar la imagen de Jesús. Perder no siempre es perder. Muchas veces restar significa crecer y sumar.
¡Empieza el Camino! ¡Continúa caminando!