La Confirmación es el sacramento en el que recibimos el don del Espíritu Santo. «Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo», dice el Obispo mientras nos unge con el Santo Crisma, por el que nos convertimos en otros «cristos». El Espíritu viene entonces a tomar posesión de nuestro corazón, realizando en nosotros lo que dice el apóstol Pablo: «El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado» (Rm 5,5). Recibimos una fuerza que viene de lo alto y nos hace capaces de amar, a pesar de nuestra fragilidad.
Así, uno a uno, fueron recibiendo la Crismación los jóvenes de nuestra Unidad Pastoral San Cosme y San Damián y San José Obrero, en una tarde hermosa de primavera, en una tarde de celebración y encuentro, de cercanía y confianza.
En esta ocasión el Sr. Obispo emérito de Jaen, Mons. Ramón del Hoyo López, fue el encargado de administrar el Sacramento de la Confirmación a estos jóvenes.
En su homilía, les felicitó por haber hecho una opción perfecta. No es lo mismo confirmarse que no hacerlo: el que no lo hace se pierde lo que aporta el Espíritu Santo a su vida. Si no nos confirmamos, no llevamos hasta las últimas consecuencias el camino de nuestra iniciación cristiana que comenzó en el Bautismo. Todos tenemos necesidad de la fuerza del Espíritu Santo para ser capaces de creer, esperar y amar, para vivir el compromiso de nuestra fe en la Iglesia y en la sociedad y para dar testimonio de la belleza de nuestra vida de hijos de Dios. Resucitados con Cristo para llevarle a los demás.
«Ese camino lo habéis hecho hasta ahora con vuestros padres; fueron ellos los que, además de prestaros su confesión de fe en el Bautismo, os acompañaron en el despertar de la fe. Luego se incorporó a vuestro camino la parroquia, con la compañía de vuestros sacerdotes y catequistas. La experiencia del camino que estáis haciendo con todos ellos, os está ayudando a madurar en vuestra fe, no solo por los conocimientos que estáis adquiriendo sino, sobre todo, por la experiencia de vida cristiana que estáis haciendo.»
Cada uno de los Confirmandos intervinieron en esta bella celebración con las lecturas, las peticiones, las ofrendas, la acción de gracias… Momentos intensos de escucha de la Palabra de Dios y de recogimiento agradecido ante el Señor.
El Papa san Juan Pablo II decía a los jóvenes: «¡No tengáis miedo! ¡Abrid las puertas a Cristo!» Y una vez que le dejéis entrar, no le pongáis dificultades, no os escondáis de él, dejadle que os pida lo que quiera. Estando con él encontraréis vuestro camino en la vida, vuestra vocación en la Iglesia.
Al finalizar la celebración, los Confirmandos recibieron un obsequio significativo: una huella con la inscripción «sigue dejando huella». Además, una fecha marcada, el 12 de abril de 2024, donde Dios ha hecho con vosotros una alianza nueva y estable gracias a su Espíritu Santo. ¡Gratitud y confianza!
Es en el seno de las familias donde se gesta y donde se vive la fe. Estos treinta y seis jóvenes han tenido esa suerte en sus vidas: una familia que les ha guiado hasta aquí y una comunidad cristiana que los ha arropado, y que continuará haciéndolo en adelante.
Han sido meses de preparación y de encuentro personal con cada familia y con cada joven, suscitando el compromiso cristiano… Una gran tarea que tendrá sus frutos y que podremos retomar cada día. En cada una de nuestras parroquias, nuestros catequistas nos han hecho sentirnos familia, transmitiéndonos el ejemplo de su propia vida. ¡Detalles infinitos de cariño!
Una celebración que ha dejado momentos para el recuerdo y detalles que siempre permanecerán en nuestros corazones.
La iglesia de San Cosme y San Damián ha acogido las Confirmaciones este pasado 12 de abril de 2024. Las siguientes serán en la iglesia de San José Obrero ya el próximo curso. Ojalá sean muchos los llamados y muchos los escogidos.
¡Gracias a vosotros! ¡Gracias a los sacerdotes y catequistas! ¡Gracias a las familias! ¡Gracias a todos por seguir rezando por los frutos de nuestra pastoral!