«No es oro todo lo que reluce» dice el refrán y es cierto, por muchas veces «las apariencias engañan».
Esta fue la enseñanza fundamental que el pasado domingo recibimos de las lecturas, con ocasión de la advertencia que Jesús hacía sobre los fariseos: «no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen».
En la Parroquia de San José Obrero la cosa iba de identificar el contenido de los vasos. A veces la vista engaña, y no digamos el olfato… es preciso probar para asegurarse de lo que realmente hay dentro. ¡Qué difícil!
Que cada uno de nosotros podamos ser identificados como cristianos, como seguidores de Cristo. No solo porque sepamos cosas de Él, sino porque Él cambie y toque nuestra vida.
